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viernes, 17 de octubre de 2014

Las diez claves del riesgo de recesión en Europa


- Cada vez son más los expertos que apuntan a los temores de una tercera recesión en Europa, amparándose en la debilidad de los datos macroeconómicos o en la pérdida de confianza.

1. La principal señal de una posible entrada en recesión es el frenazo de Alemania. La locomotora europea perdió un 0,2% del PIB entre abril y junio, y buena parte de los expertos señala que el país podría continuar esta racha negativa en el tercer trimestre, dado que la producción industrial cayó un 4,1% en agosto respecto al mes anterior, en datos desestacionalizados, mientras que la caída de los pedidos fue todavía mayor, alcanzando un descenso del 5,7%. En ambos casos, se trató del mayor desplome desde enero de 2009. Berlín rebajó anteayer sus previsiones de crecimiento para 2015 en siete décimas, hasta el 1,3%.
2. Francia sigue siendo uno de los enfermos de la eurozona, con dos trimestres consecutivos con un crecimiento cero. Además, París tiene pendiente ejecutar un ajuste de 50.000 millones de euros en los próximos años, lo que supondrá un lastre para la demanda agregada y, por lo tanto, para el crecimiento a corto plazo, aunque el ajuste de la Administración sí podría ser positivo en unos años.
3. Italia ya está sumida en la tercera recesión en lo que va de crisis, después de haber sacado la cabeza del agua sólo un trimestre el año pasado. El mayor problema es la división del Congreso, que bloquea buena parte de las iniciativas gubernamentales. De hecho, Mario Monti y Enrico Letta encallaron en el Congreso, y Matteo Renzi todavía está sacando adelante sus propias medidas, y tardará un tiempo hasta que éstas surtan efecto.
4. Más allá de Italia, el nuevo seismo tiene su epicentro en el núcleo duro de la eurozona. Holanda sufrió un desplome del 1,4% entre enero y marzo, mientras que Finlandia se resintió un 0,4% en el mismo periodo. A falta de que se publiquen los datos referidos al segundo trimestre, el varapalo a los países centrales de la eurozona, azotes de la disciplina fiscal, pone en duda el modelo de crecimiento y eleva la probabilidad de que el virus se contagie al Sur de Europa. Además, el PIB de Dinamarca también cayó un 0,3% en el segundo trimestre.
5. Los datos de gestores de compras, sintetizados en el índice PMI de la consultora Markit, apuntan al estancamiento de la industria y un fuerte frenazo de los servicios. En septiembre, el sector manufacturero registró un dato del 50,5 (apenas cinco décimas por encima del punto muerto), mientras que el sector servicios se desaceleró por cuarto mes consecutivo.
6. A esto se suma la falta de confianza en la recuperación económica, que lastra las inversiones. La confianza de los ciudadanos cayó a 99,9 puntos en septiembre, de acuerdo con el barómetro de la Comisión Europea, un descenso de siete décimas y el punto más bajo desde diciembre de 2013.
7. Un indicador de la falta de confianza es que el barril de Brent se ha desplomado hasta los 83,8 dólares, un descenso del 27,6% desde los niveles máximos de junio. Si bien esto puede ser un acicate para la industria, también se trata de una señal de que la presión de la demanda está siendo muy débil, incluso con precios históricamente bajos.
8. Otro indicador de las perspectivas bajistas de muchas empresas es que la Bolsa se está empezando a desinflar. El índice de referencia en Europa, Eurostoxx, acumula un retroceso del 13% desde máximos anuales, mientras que el Ibex35 se deja un 12,5%.
9. En medio de este de pinchazo de las bolsas, además de la amenaza de la deflación, las medidas del Banco Central Europeo todavía no han tenido un efecto apreciable, además de depreciar el euro un 8,6% desde mayo. La eurozona queda a la espera de una señal de la activación del QE europeo que en ocasiones ha sugerido Mario Draghi.
10. A pesar de todo, una actuación del BCE no resolvería los problemas estructurales de la eurozona, como la falta de competitividad de muchos de sus países. Además, también limitaría los incentivos al ajuste del déficit, lo que podría provocar que la deuda se disparara hasta niveles muy superiores a los actuales. La deuda pública alcanzó en marzo el 96,4% del PIB.
(Noticia extraída del EXPANSIÓN)

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